04 noviembre 2011

El lente de Keith John Richards


Keith John Richards es un investigador inglés que se ha interesado por el cine y la literatura de América Latina, y en particular de Bolivia, donde reside desde hace varios años. Keith enseñó en varias universidades, entre ellas la Universidad de Leeds (Inglaterra) y la Universidad de Richmond (Estados Unidos). Ahora lo hace en la Universidad Mayor de San Andrés. Lo imaginario mestizo: aislamiento y dislocación de la visión de Bolivia de Néstor Taboada Terán (1999), su primer libro publicado por Plural, que es la tesis doctoral que presentó en el King’s College de la Universidad de Londres. Además ha publicado artículos y capítulos en libros especializados.  

A fines de mayo del 2009 conocí a Keith en La Paz, durante una visita que hice a Elizabeth Carrasco, encargada de documentación de la Cinemateca Boliviana, y en julio del mismo año Keith me escribió para preguntarme si podía escribir el prólogo de un libro que estaba terminando de escribir sobre el cine latinoamericano.

Hace unas semanas –dos años más tarde como suele suceder en temas de edición- recibí con satisfacción el libro Themes in Latin American Cinema – A Critical Survey (2011), publicado en North Carolina por la editorial McFarland. Confieso que a primera vista la foto de la portada me desconcertó, no solamente porque muestra a un militar en traje de campaña, sino porque el haber escogido la foto de una de las películas analizadas en el libro, de alguna manera reduce la riqueza que este encierra.

Cabeza de Vaca (México)
En 232 páginas, Richards analiza 19 largometrajes latinoamericanos y lo hace, según declara en su introducción, con una intención didáctica, pero su texto sobrepasa con creces ese objetivo. Su selección de películas es interesante sobre todo por inesperada, ya que ha evitado caer en lugares comunes, se ha concentrado en obras de los últimos 25 años y en realizadores mejor conocidos en sus países que internacionalmente (con algunas excepciones). Ello permite incluir países como Bolivia, Uruguay o Guatemala, no necesariamente conocidos por su cinematografía. Lo cual me lleva a recordar el trabajo que nos costó en los años 1970 (sin internet, sin email, sin bibliografía de referencia), a Guy Hennebelle y a mí, preparar el libro Les Cinémas d’Amérique Latine, la primera revisión exhaustiva de la cinematografía latinoamericana, país por país, sin dejar a ninguno al margen.

Caída al cielo (Bolivia)
Muchas de las películas seleccionadas son “invisibles” en salas de cine, aunque ahora gracias a las ediciones en DVD, son accesibles para consumo casero, al menos en Estados Unidos. Uno de los méritos de este libro, justamente, es llamar la atención sobre ellas.

Más interesante aún es la estructura que Richards le ha dado a su libro. Si bien las fichas de las películas seleccionadas contienen información útil y concisa sobre el contexto, el realizador, la historia que se narra, el lenguaje, etc., es en los estudios temáticos donde Keith Richards vuelca su capacidad de análisis. Para ello, ha agrupado las películas en siete secciones que tratan estos temas: “México precolombino”, “Sexualidad e identidad”, “El niño sabio”, “Roles y estereotipos femeninos”, “Crimen y corrupción”, “Fratricidio y neo-imperialismo: conflictos en el Siglo XX”, y “El poeta en la ciudad”. Bajo estos temas de estudios, nada convencionales, se agrupan tres películas mexicanas, dos bolivianas, dos brasileñas, dos argentinas, dos peruanas, una paraguaya, una chilena, una cubana, una uruguaya, una colombiana, una venezolana, una ecuatoriana y una guatemalteca.

El silencio de Neto (Guatemala)
En esas secciones explaya su conocimiento del cine, de la literatura, de la historia y de la sociedad latinoamericanas, de modo tal que sus apretadas referencias son vetas que permitirían seguir profundizando en cada uno de los temas. Cuando aludo a su “conocimiento”, me refiero justamente a su capacidad de procesar la información a través de una lectura propia del contexto político, social y cultural. Para ofrecer un texto que es fácil de leer y que puede servir para quienes se aproximan por primera vez a los temas tratados, el autor ha tenido que leer y procesar cientos de libros y de películas.

El cristal a través del cual mira Keith Richards es multifacético y refracta una gran riqueza de colores, porque es el cristal de la diversidad cultural, una entidad en permanente proceso de transformación e intercambios, que es precisamente lo que hace que la cultura viva y se enriquezca. Así puede abordar la complejidad cultural de tantas culturas, grandes y pequeñas, que comparten un  mismo espacio físico, no siempre en armonía.

En la puta vida (Uruguay)
El libro de Richards respira frescura y cierta espontaneidad, a pesar del rigor del investigador que se aproxima sin embargo a cada tema con el espíritu abierto al descubrimiento y al aprendizaje.  En eso se diferencia de muchas investigaciones académicas cuyo punto de partida es una camisa de fuerza: una hipótesis que se trata de probar a toda costa. Y no es menos aleccionadora su manera de demoler los mitos superficiales y las caracterizaciones fáciles que sobre América Latina circulan en otras regiones, a través de agudas citas de escritores y cineastas que echan por tierra las miradas romantizadas, tropicalistas y paternalistas sobre nuestras culturas.

Esperemos que la edición en castellano del libro pueda circular pronto. No solamente los de habla inglesa tienen que aprender sobre nuestro cine latinoamericano, sino nosotros mismos.