05 octubre 2008

Dorngwam

La aldea de Dorngwam, en el distrito de Ada cercano a la frontera con Togo, es una de las comunidades en el área de influencia de Radio Ada, la primera radio comunitaria de Ghana. Nos reciben los ancianos de la comunidad y los grupos de mujeres, mientras alrededor decenas de niños revolotean como mariposas. Bajo la copa generosa de un gran árbol nos reunimos todos en círculo mientras los reporteros de Radio Ada preparan sus grabadoras y micrófonos: hoy grabarán entrevistas sobre la situación de pobreza de la zona, y la poca atención que prestan las autoridades.

Para encender el diálogo con los ancianos lanzo una pregunta provocadora a través de Kofi Larweh, director de Radio Ada, que hace las veces de traductor: “Me han dicho que Radio Ada no está realmente ayudando a las comunidades, ¿es cierto?” La respuestas no se hacen esperar, casi a coro me dicen que eso es mentira, algunos un poco molestos y otros entendiendo el sentido amigable de mi provocación.

Me dicen cuan importante ha sido Radio Ada para ellos, cómo los ha representado y ha hecho sentir sus voces. Afirman que Radio Ada defiende sus derechos y además contribuye en el dialogo entre las comunidades y con las autoridades, poniendo a estas últimas frente a sus responsabilidades. Y añaden la importancia de Radio Ada como promotora de la lengua y la cultura local. Esto no es sino un apretado resumen de sus intervenciones.

Luego, los reporteros y reporteras de Radio Ada comienzan su trabajo de grabar entrevistas. Uno tras otros, los ancianos y las mujeres toman el micrófono para decir cuales son los problemas y lo que esperan de las autoridades.

Las mujeres participan activamente en las entrevistas, mientras los hombres escuchan con cautela lo que ellas tienen que decir, por ejemplo: “Somos pobres porque a veces nos compramos vestidos finos, y también porque compramos los pescados más grandes para los hombres”. Los demás ríen, es parte del juego hacer públicas incluso las demandas que atañen a las relaciones internas de la comunidad. La radio es un interlocutor que valida las expresiones.

Mientras hablan me acerco a los niños, siempre optimistas, siempre juguetones. Pienso en las imágenes de miseria que se proyectan de las aldeas africanas en los medios masivos. Y es cierto, hay pobreza, pero hay también humor, hay esperanza y hay alegría. Las cosas no son en blanco y negro, deprimentemente grises. Por el contrario, los colores abundan, y los ojos brillan de ingenio y perspicacia.

Nos despedimos con una palabra que todos los que hablan dangme entienden: niepeno (gracias).