08 septiembre 2006

El plantón mexicano

Hace 40 días los mexicanos del Distrito Federal ocuparon las principales avenidas del centro de la ciudad e instalaron un “plantón” para protestar en contra del fraude electoral que favoreció al candidato del gobierno.

El plantón es una gran feria de participación democrática ciudadana con una razón de ser muy válida. Lo que yo vi allí es un espacio público donde la ciudadanía puede expresarse libremente, incluyendo a aquellos que están en contra. Bajo las carpas se generan discusiones sobre la situación política, se muestran videos documentales sobre la realidad mexicana, o se presentan grupos de música y de teatro que no tienen acceso a los espacios de los medios de difusión de la derecha.

Hay grupos jugando ajedrez, niños que pintan o juegan, talleres gratuitos de grabado, pintura, escultura, cerámica, presentaciones de libros por sus autores, exposiciones de pintura, espectáculos de música rock, jazz, o clásica, conferencias, foros y debates, y una radio comunitaria que ofrece informaciones de último momento y hace entrevistas con la gente. Cada día circula el Diario de la Resistencia que además publica una cartelera cultural donde se detallan todas las actividades en los diferentes campamentos.

En el trayecto del plantón pude dialogar con hombres y mujeres que están allí no porque cumplen con una consigna partidista, sino porque repudian que sus derechos hayan sido violados. A pesar de los chaparrones de estos días, nadie los mueve del plantón. Muchos van a dormir a sus casas, pero regresan al día siguiente. Muchos cumplen con sus horarios de trabajo, y en cuanto disponen de tiempo libre, se unen al plantón.